Agua pasada no mueve molino

Es claro y evidente el significado del enunciado de esta expresión.
El molino es un artefacto que aprovecha, en nuestro caso, la fuerza del agua en su movimiento de caída, para mover unas pesadas piedras planas que por rozamiento sirven para triturar cereales en grano.
Ocurre que esta evidente afirmación es conocida de sobra. Actualmente el enunciado omite la segunda parte y decimos solo: – Agua pasada –
Damos a entender que con ella, distintos conceptos:
-No te lamentes por haberla dejado pasar… -Olvida aquello… -Resígnate.
Lamento, resignación, olvido. Para cualquiera de ellas vale la expresión.
A muchos personajes de nuestra Historia podríamos…
Sin embargo, hay uno egregio que ha de merecer nuestro respeto, admiración y hasta cariño. Se trata de María Cristina de Ausburgo Lorena, segunda esposa de nuestro Rey, Alfonso XII.
Prudente, digna, respetable, aunque no muy favorecida en la estimación de su esposo, ni respetada con sus conductas. Recordemos aquel criterio cuando manifiesta a su amigo Alcañices que le acompaña para conocerla:
No te canses Pepe… ¡Que guapa no es…!
Su suegra, Isabel II, dice en público, llamando al segundo matrimonio de su hijo: “Negocio de Estado” y llama: “Nuera ante Dios” a Elena Sanz la cantante con la que vive el Rey, y con la que ya tiene hijos. Hasta el pueblo compadece la situación personal a que es sometida…
Aunque, fallecido Alfonso XII prematuramente, es ella la Regente, por minoría de edad de su hijo.
Olvida entonces todos los agravios, ofensas, desprecios y hasta vejaciones y es capaz de cumplir maravillosamente bien con las obligaciones institucionales que le demanda su cargo. Fue, Doña Virtudes.
¡Qué gran mujer!

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